En estos días, hemos restaurado un velador isabelino de galápago, de madera de caoba.
Cuando nos llegó, ya había sido restaurada hacía unos años pero aún así
, las piezas que habían sido colocadas en su anterior restauración eran
de haya por lo que han sido sustituidas por caoba. Su terminación era
barniz a pistola, algo inusual para este tipo de mueble, dicho barniz
comenzó a velarse. Nuestro trabajo ha sido: darle cuchilla, quitar las
piezas de haya y por último, barnizarlo a goma laca.
Estos veladores fueron llamados de galápago, por la semejanza que tiene el tablero al caparazón de este animal.
El velador fue creado en el S. XVIII para sujetar velas, de ahí su
nombre. También eran utilizados para servir el té, el café o los
aperitivos. Actualmente, el velador es una mesa auxiliar que nos sirve
para apoyar lámparas, libros u otros objetos de decoración. La variedad
hoy día es increíble, estas mesas han evolucionado para otras
utilidades. Pueden decorar un punto concreto de una estancia ( con ramos
de flores, lámparas y detalles de colección...)
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