

Su origen parece estar en Inglaterra entorno al año 1725, pero es a partir del siglo XIX cuando comienzan a ser fabricadas por empresas de mobiliario.
Por otro lado, el reloj ,de fabricación francesa, está chapado en palo santo, tiene incrustaciones de nácar y alpaca.
Nuestro trabajo ha sido limpiarlo, ponerle las incrustaciones que le faltaban y darle un repaso a goma-laca.
Estos relojes son más o menos de la segunda mitad del S. XIX. La mecánica de estos relojes es de una impresionante calidad y fiabilidad.

Una curiosidad que en la foto no se puede apreciar, es que en la mayoría de estos relojes los nombres y ciudades que figuran grabados en la esfera no corresponden al relojero que los hizo sino al comerciante que los vendía o alquilaba, de este manera el comerciante sabía si el reloj le pertenecía a él. Por eso es difícil saber quién era el relojero que los hizo.
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